La Acupuntura y el Dolor

  

Frecuentemente me preguntan “¿La acupuntura duele?” La respuesta realmente es variable. A pesar que la aguja tenga un diámetro entre 2.0 a 2.5mm, cada cuerpo responde diferente y se debe a los niveles de Qi o energía en cada individuo.

Sin embargo, lo que me impresiona desde que ejerzo esta impresionante técnica de la medicina china, es la aprensión de las personas en Occidente al dolor. En Oriente, las terapias y técnicas que restauran naturalmente la armonía del cuerpo, utilizan el dolor físico como simplemente una alarma para indicar dónde se debe trabajar, ya sean masajes terapéuticos, acupuntura, digitopresión, quiropraxia entre otras técnicas.

Occidente entendido como aquellos que hemos crecido y entendido el mundo con la tradición judeocristiana, con los pilares de pensamiento basados en la civilización griega y romana, llamándonos Latinoamérica por aquello de nuestra lengua común, el latín; y geográficamente entendiendo occidente como todo lo comprendido del lado oeste de la línea divisoria imaginaria del Meridiano de Greenwich, dividiendo el hemisferio occidental del oriental (no se limita estrictamente a esta división, sino más a la forma de entender el pensamiento y estructura mental del uso de la lógica Aristotélica en Occidente).

En Occidente, existe una asociación entre el dolor y el sufrimiento en el inconsciente colectivo. Lo cual puede estar relacionado con nuestra tradición religiosa judeocristiana, que nos ha mostrado el dolor de un Cristo en la cruz y un viacrucis. En nuestra tradición latina, el dolor es significado de sufrimiento y por ende un riesgo de muerte inminente, y de allí surge el miedo y la aprensión al dolor. En occidente, evitamos el dolor a toda costa y en lo que he logrado observar en la práctica de acupuntura, la tolerancia del dolor de un occidental es menor que la un oriental. Incluso mis profesores de masaje en Tailandia, siempre le preguntan al occidental si la presión que están utilizando es la adecuada o si es muy fuerte. Claro está, que algunas técnicas (sólo algunas, no todas) de manipulación de articulaciones en el masaje chino tradicional (tui na) pueden ser riesgosas.

El dolor es simplemente una respuesta del cerebro al estímulo físico, lo cual quiere decir que tiene que existir cuerpo y MENTE para que el dolor pueda ser percibido. La anestesia comprende bien el concepto de dolor fisiológico y es la razón por la cual, a pesar que el cuerpo durante una cirugía entre en un plano hipnótico, se utilizan medicamentos para dolor, pues la mente al regresar de ese plano hipnótico, va a “darse cuenta” del estímulo doloroso ejercido y efectivamente los receptores de dolor se van a activar y el dolor va a ser percibido por el paciente.

Si observamos el dolor, por unos breves segundos o minutos, este disminuye. El mecanismo, es tanto fisiológico en el cuerpo, como de entrenamiento en la mente. No por esto, estoy diciendo que debemos soportar dolor o incluso someternos a él, lo que quiero decir es que el dolor que se siente durante una puntura con acupuntura (introducir una aguja en uno de los puntos de acupuntura o acupuntos) es momentáneo y pasajero, donde al mismo tiempo está movilizando la energía o Qi estancado en ese punto.

Una vez hemos movilizado esta energía es cuando realmente empieza a ocurrir “la magia” de esta técnica. Quien ha recibido acupuntura, sabe que el flujo del Qi se siente. Aquí es cuando me preguntan “¿Y, cómo se siente? Y la respuesta es “tienes que sentirlo”. Cada uno de nosotros percibe su propio Qi de manera diferente y por eso, explicarle a otra persona cómo se siente, es completamente subjetivo. Esto es similar al estudio del dolor y cuidados paliativos, una de las subespecialidades médicas más complejas, porque no hay un método que arroje una medida objetiva sobre el dolor, simplemente se hace una valoración subjetiva del dolor referido por el paciente y su calidad de vida medida con la funcionalidad en las actividades de la vida diaria y las actividades básicas cotidianas.

Cada vez que sintamos dolor, no debemos huir o reaccionar de manera inmediata, podemos quedarnos allí por un momento, para darnos cuenta qué es lo que ese dolor nos quiere mostrar y enseñar. Cuando duele una parte del cuerpo, es el inconsciente hablando, ya que nuestros cuerpos emocionales y mentales no tienen la forma de manifestarse por sí mismos, y necesitan de la materia, el cuerpo que nos transmite eso que no hemos podido comprender conscientemente.

De esta manera, el dolor es un gran maestro que tiene una habilidad muy poderosa de obligarnos a parar, observar, comprender, sanar y liberar. Cuando hacemos este proceso consciente, podemos evitar que muchos dolores agudos, se vuelvan crónicos. De lo contrario, generamos aversión a este maestro, que no tiene cualidad de positivo o negativo, simplemente es una verdad de este plano de existencia, ya que habitamos en una materia física que nos permite ese nivel de percepción. Así que mientras sigamos vivos, comprender las 3 características de los fenómenos del universo de acuerdo a la tradición budista, nos puedes aligerar la carga de nuestras percepciones consciente:

  1. Anicca: la impermanencia, el cambio constante, en el universo todo cambia permanentemente,
  2. Dukha: el no control de los acontecimientos externos o internos y
  3. Anata: el sufrimiento o las dificultades derivadas de habitar en este cuerpo.

La acupuntura restaura naturalmente el Qi en el cuerpo, sin efectos adversos derivados de la práctica, como sí ocurre con el consumo de fármacos que siempre van a afectar el hígado o el riñón de una u otra manera. Así que si ponemos en la balanza, sentir un dolor momentáneo y pasajero durante una sesión de acupuntura versus el consumo crónico de medicamentos que no curan la enfermedad sino solo alivian los síntomas, es mejor siempre elegir el método que sea menos dañino para nuestro organismo y sus órganos, que nos mantienen sanos y nos permiten transitar por nuestras experiencias de vida día a día.  Los acupunturistas estamos entrenamos en introducir más de 100 agujas al día, y con esta pericia, podemos hacer que la puntura sea muy gentil, diferente a cuando nos sacan sangre, nos ponen vacunas o con el uso de los anestésicos locales.

Foto: Hospital de la Universidad de Medicina Tradicional China de Tianjín, Departamento de Tuina y Acupuntura para niños, 2016.